En primer lugar hay que realizar tareas de limpieza para deshacerse de la suciedad y materia orgánica de las superficies, puesto que puede interferir con los desinfectantes y reducir su efectividad. Una vez se haya limpiado la superficie ya se pueden utilizar los desinfectantes para destruir los microorganismos que en ella hayan quedado.
Existen varios métodos para desinfectar superficies, pero los más habituales son la pulverización, vaporización, inmersión o incluso la desinfección aérea a través del método de la nebulización, como es el caso del equipo desinfectante autónomo DISINFECT-500.

La nebulización puede generar ozono a partir del oxígeno, desplegando así un potente biocida. Este compuesto químico es ideal para la desinfección de superficies, equipos y utensilios, así como de superficies que estén en contacto con alimentos y piensos. Además, es un elemento útil para la desinfección del aire.
Hay que extremar estas medidas de limpieza y desinfección de espacios en superficies de contacto habitual, como el mobiliario urbano, los parques infantiles, instalaciones de deporte al aire libre, instalaciones relacionadas con el transporte público, barandillas, contenedores y papeleras, cajeros automáticos, máquinas expendedoras, botoneras de ascensores y pomos de puertas.
Sin embargo, es importante recordar que a pesar de todas las tareas de desinfección que se están llevando a cabo, se sigue recomendado respetar las medidas de seguridad interpersonales como la distancia de seguridad de un metro y medio, mantener la higiene de las manos y evitar toser directamente en el aire.